El ministro que quiere transformar la economía

Al frente del ministerio de TIC desde hace un año, David Luna espera que todos los sectores de la economía se suban al tren de la revolución tecnológica. ¿Lo logrará?

El ministro Luna está entusiasmado con lo que llama “la bonanza digital” que vive el país por estos días, y aunque los indicadores de innovación no son nada favorables, David Luna siente que su ministerio hace bien su parte de la tarea. Pero necesita que los demás sectores marchen a su paso, algo que no parece asegurado.

¿Cómo se encuentra Colombia hoy en materia de TIC?

En el 210 se tomaron decisiones muy importantes en cuanto a infraestructura, necesarias para volver el país suficientemente competitivo, y que hoy demuestran haber sido acertadas: La primera fue construir las autopistas de las comunicaciones antes que el tráfico se nos viniera encima; fue un gran acierto con la red de fibra óptica. Dos, aumentar el número de conexione de banda ancha fija, y motivar Internet no solo para el consumo sino para la producción. Y la tercera, aumentar el número de conexiones móviles. Todo bajo un esquema de manejo responsable y de planeación estricta del espectro. Pero hay unos retos y complicaciones grandes que no nos permiten avanzar al ritmo que queremos. El primero de ellos es el del talento. Tenemos una dificultad enorme en el número de profesionales y tecnólogos en carreras TI y estamos tratando de enamorar de estas carreras a las nuevas generaciones, con las universidades para modificar los pensum, con el ministerio de Educación para certificar la experiencia y con otros actores. Yo creo que en tecnología el país va bastante bien.

Logramos algo nunca antes visto: los centros de excelencia. Por primera vez unimos multinacionales, empresas de tecnología nacionales y las mejores universidades del país para investigar en Big Data y en Internet de las cosas; ese es claramente el ejercicio más grande innovación que hemos hecho. Por cada peso que ponemos el sector privado pone 1,5 pesos y eso demuestra que es posible hacer investigación, que tanta falta le hace al país.

Los emprendimientos colombianos, muchos de ellos promovidos por el programa Apps.co del ministerio, no logran impactar todavía el mundo de los negocios. ¿Cuál es la razón?

La dificultad es que los emprendedores necesitan capital semilla y el Estado no puede cubrir eso permanentemente. Por eso dimos un vuelco interesante. Seguimos promoviendo los emprendimientos, pero el nuevo enfoque pone a los emprendedores a trabajar con empresas que no tienen capacidad de pagar para innovar. En Colombia el 90 por ciento de las empresas son Mipyme, generan el 80 por ciento del empleo, pero tienen un dilema: o innovan o pagan la nómina. Y sabemos que si no innovan llegan al punto de desaparecer. La digitalización de la economía es una condición necesaria para mejorar esa posición que el país tiene en el Índice Global de Innovación, en donde ocupamos el puesto 67 entre 141 países. Para eso hay que promover las inversiones de los fondos de capital de riesgo. Si logramos digitalizar completamente los sectores de agricultura, salud, servicios y el sector financiero, que ya lo está haciendo, el país dará un vuelco completo.

¿Puede darnos ejemplos concretos de este nuevo enfoque?

Innovar no solo es escribir documentos doctorales. Nosotros decidimos innovar atendiendo a sectores como el ferretero, tenderos, esteticistas y veterinarios, con un proyecto que busca generar beneficios para el sector privado y el público. Buscamos una empresa ancla, por ejemplo, Constructor, cuyos clientes son entre otros los ferreteros. Ponemos conjuntamente plata y desarrollamos un software de pedidos e inventarios y ellos lo ponen al servicio de los ferreteros. Estamos digitalizando la economía de la construcción hasta el nivel del barrio. Otra empresa ancla fue el Éxito con los tenderos, y hay otras en el proyecto como la Cámara de Comercio de Bogotá. Allí hay desarrollos que están impactando a la vez al microempresario y al empresario grande, y lo importante de esto es que el grande pone dinero. Hemos puesto el 60 por ciento de 50.898 millones de pesos, para 24 proyectos de este tipo en Bogotá. En total hemos impactado 16.000 mipymes.

En agricultura hicimos un primer piloto llamado Pescando con redes móviles, y les entregamos herramientas a pescadores de La Boquilla y Tumaco, en la primera fase y posteriormente a los de Taganga y Buenaventura. Un dispositivo móvil les provee información de corrientes y clima, y ahora ya no salen siete días a pescar sino cuatro, pescan más, trabajan menos y venden más, porque están conectados a las plazas de mercado. Hicimos el ejercicio en arroz, mandarina, café, ganadería, con un total de doce proyectos de digitalización de la agricultura.

¿Qué se ha hecho en el tema de salud pública?

En Montería digitalizamos todo el sector de solicitud de citas y estamos comenzando el de la historia clínica. En Cundinamarca ya digitalizamos el 50 por ciento de las historias clínicas. Montería tiene un gran centro de salud y 42 centros satélites. La gente pedía una cita en el punto satélite pero el especialista está ubicado en otro lugar. Hoy en día hay un Call Center en donde la gente pide la cita y el especialista llega hasta el satélite en donde se encuentra el ciudadano. Esto es innovación porque no solamente estamos mejorando la calidad de vida del ciudadano, sino la calidad del sistema de salud.

Queremos entrar duro en el turismo, con el proceso de paz se va a generar una oportunidad enorme, tenemos más de 1.078 municipios con fibra óptica, pero nos faltan 45 zonas a donde tenemos que llegar con redes de fibra óptica, altamente turísticas como La Macarena, el Amazonas y el Vichada.

Se dice que a los empresarios colombianos no les gusta innovar ni invertir en investigación. Lo dicen hasta exministros y exdirectores de Colciencias. ¿Cuál es su percepción?

Estoy absolutamente convencido que los grandes empresarios no solo quieren innovar, sino que tienen que hacerlo. Hay una gran diferencia en innovar en una gran empresa y en una pequeña y mediana. Yo creo que vamos por buen camino en el proceso de innovación en las grandes empresas. El problema está en las medianas y en las pequeñas, a las cuales no les alcanzan los recursos. Estamos viviendo una bonanza digital y nuestra responsabilidad es que los demás sectores diferentes a las TIC se monten y la compren, porque en el sector TIC ya todos se montaron.

¿Para qué un tercer canal de televisión a estas alturas? En la práctica ya el tercer canal existe y lo constituyen los servicios de streaming, como Netflix, cuya presencia en el mercado crece rápidamente.

Le respondo con una frase del presidente de Netflix: la televisión abierta tiene por lo menos 30 años más de vida. Sigue existiendo una gran audiencia en la televisión abierta porque muchos generacionalmente nacimos con ella y seguimos creciendo con ella. Caso distinto al de los millenials, que utilizan otras plataformas. No solo torta publicitaria sino audiencia, habrá en Colombia para un tercer canal. Eso lo demuestran los estudios de la CRC y los de la Universidad Nacional.

Publicado originalmente en SEMANA, Edición Especial Ciencia y Tecnología, 2016

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