Mitos sobre el mundo Linux
Ideas equivocadas que todavía tiene la gente acerca del sistema operativo libre.
Linux causa sensación en el campo corporativo y en la élite ilustrada del mundo informático. El concepto libertario que le dio origen, la potencia de su kernel (el núcleo del sistema operativo) y su eficiencia en redes amplias y en tareas de misión crítica, lo han convertido en un producto apetitoso para los expertos, gerentes de TI y gomosos de la computación. Pero Linux no llega todavía con fuerza al escritorio del usuario final, en donde Microsoft reina desde hace muchos años con diferentes sabores del sistema operativo Windows.
En el imaginario del usuario corriente de computadores rondan ideas generalmente equivocadas acerca del mundo del pingüino y se le considera difícil de entender y de usar, de interfaz desagradable a pura línea de comandos, y muy escaso en aplicaciones de software cotidianas. Y hay que reconocer que el origen de estas ideas tiene justificación, pues en el pasado las cosas fueron así. Pero en un pasado remoto que la comunidad de desarrolladores se esforzó en dejar atrás rápidamente. Las cosas han cambiado y Linux tiene hoy una cara amigable, un look impactante, una mejorada usabilidad y un universo de aplicaciones que crece vertiginosamente. Estos son algunos mitos sobre Linux que vale la pena despejar:
El entorno gráfico
No hay que teclear todo en una línea de comandos, al estilo del DOS. Pero puedes hacerlo, si quieres. Es una formidable ventaja de Linux separar el sistema operativo del entorno gráfico. En Linux, el entorno gráfico es un programa más, que se carga por defecto; pero los expertos que prefieren la línea de comandos pueden prescindir de él cuando deseen, algo usual por ejemplo en lo servidores, que no lo necesitan y suelen pasar semanas enteras con el monitor apagado. En el mundo Windows, o en el mundo Mac OS, sólo existe un entorno gráfico y no puedes cambiarlo. En el mundo Linux existen varios entornos gráficos, y el usuario puede seleccionar cuál de ellos desea utilizar, por ejemplo KDE, Gnome, Fluxbox, entre otros. Cada uno con un grupo de aplicaciones de software diferentes. Existe un entorno llamado Gnome+Beryl, creado hace varios años, que hace las mismas cosas impactantes que el sistema Aero de Windows Vista, recién lanzado por Microsoft.
Los escritorios de estos entornos gráficos tienen fondos de pantalla, salvapantallas, widgets, iconos y sistemas de menú y de ventajas bellamente diseñados, funcionales y además, Linux es pionero en el concepto de escritorios múltiples, algo que por supuesto viene también en los demás sistemas operativo modernos.
Un sistema de archivos diferente
Un usuario proveniente del mundo Windows seguramente se hará la siguiente pregunta al instalar Linux: ¿En dónde está la unidad C? En Linux ya no existe, porque utiliza un sistema de almacenamiento de información concebido como un árbol, no como un archivador. El punto de partida es la carpeta raíz, identificada como (/), localizada en la partición en la que el sistema arranca. En los directorios dependientes de esta raíz, se puede “montar” dispositivos, como otras particiones, otros discos duros, unidades de cd-rom (esta última podría quedar así: /media/cdrom); un disco duro podría quedar así: /dev/hdc1 (nos informa que el disco duro 1 está montado sobre el directorio dev). Esta tal vez sea la costumbre más difícil de cambiar cuando se proviene del mundo Windows, pero si se observa con cuidado, se trata de una nomenclatura más “lógica” en donde la ruta indica la posición, a diferencia de Windows, en donde encontramos letras que representan particiones sin informar nada acerca de su ubicación real.
La compatibilidad de hardware
Uno de los aspectos que hacía salir corriendo al usuario que quería probar Linux era la escasa compatibilidad con el hardware más usual. Ese problema ha sido superado completamente. En las distribuciones Linux actuales es menos probable que ocurra un error del tipo “hardware desconocido”, puesto que incluyen la mayoría de drivers de dispositivos existentes en el mercado. De hecho, a cualquier distribución Linux actual le va muy bien en este terreno. Casi todos los fabricantes importantes de hardware liberan drivers para Linux.
Un universo de aplicaciones
El mundo Open Source, del que Linux es apenas un miembro importante, dispone de numerosas alternativas para la mayoría de los programas habituales bajo el mundo Windows. Es cierto que hay todavía un camino por recorrer en cuanto a ciertas aplicaciones profesionales muy especializadas – por ejemplo un AutoCAD, del que no se tiene una alternativa libre – pero la mayoría de usuarios domésticos o de oficina hallarán una alternativa satisfactoria. No sólo en los casos conocidos de la suite de oficina LibreOffice, del navegador Web Firefox o del programa de correo, contactos, tareas y calendario integrados Evolution, sino en una enorme variedad de otras categorías. Hay numerosas listas de paquetes alternativos para Linux.
Virtualización: mundos conectados
Es frecuente y razonable el temor de la gente a quedar atrapado en un mundo perdido si se migra a Linux. Algunos profesionales no quieren renunciar al uso de ciertas aplicaciones especializadas que solo existen bajo Windows, o encantadores programas de edición de video que solo existen bajo Mac OS. Con las tecnologías de virtualización, de las que Linux es pionero, un usuario puede pasar de Linux a Windows o a Mac OS con solo hacer clic. Bajo Linux puede utilizarse Xen, VMWare o VirtualBox, que gestionan máquinas virtuales sobre las que puede instalarse cualquier versión de los sistemas operativos de Microsoft y de Apple, u otras versiones de Unix. Es una tendencia creciente entre desarrolladores, administradores de redes, diseñadores Web y otros profesionales que necesitan pasar con facilidad de un sistema operativo a otro para probar sus desarrollos o utilizar recursos de software específicos.
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