La muerte de la llamada telefónica
Emoticones, mensajería de texto, gif animados y otras formas de comunicación tienen a las llamadas de voz al borde de la muerte.
Hasta hace menos de una década, era imperativo contestar una llamada telefónica. Una reunión de junta directiva era interrumpida para que el presidente saliera de la sala a atender una llamada en su oficina. Si el aparato, entonces pegado a las paredes mediante un vable, sonaba en casa, la mamá corría secándose las manos con el delantal, para contestar. Los novios pasaban horas conversando melifluos, en interminables despedidas: “cuelga tu…no tu primero…”.
“No levantar el teléfono era como si alguien llamara a tu puerta y no le abrieras”, dice Alexis Madrigal en un estupendo artículo en The Atlantic. Pero hoy la gente casi ni habla por teléfono. El negocio de minutos de voz se contraer cada vez y los operadores se enfocan en explotar los planes de datos, que es en donde reside el verdadero negocio de las telecomunicaciones actuales.
La explicación viene por el auge de numerosas nuevas vías de comunicación: texto en Whatspp, emojis, mensajes de voz (que no son lo mismo que las llamadas telefónicas, porque son asincrónicos y corren por protocolo IP, como datos), entre otras.
El artículo en The Atlantic acusa a las llamadas de tele marketing del desgano creciente de las personas para contestar cuando el teléfono timbra. No es una situación especialmente dramática en Colombia, pero en Estados Unidos se registraron 3.400 millones de llamadas hechas por los robots de telemercadeo en abril del presente año.
Pero quizás el factor que más incide en la pérdida de popularidad de la conversación telefónica es la eclosión de la visualidad. Ya no podemos repetir a Eco cuando dijo que estábamos en la era del texto, a pesar del auge ciclónico de la televisión. Realmente los lenguajes visuales y audiovisuales están demostrando su hegemonía. El éxito de las “stories”, en Instagram es la prueba contundente. Cada vez es más popular entre los usuarios de redes sociales compartir estas “stories” con sus amigos en las redes sociales. En Facebook las “stories” están por alcanzar a los “feeds”, según reveló un artículo también de The Atlantic.
Los emojis viven, también, días de gloria. Se utilizan cada vez más y Apple y Samsung les han dado combustible a estos formatos, con sus propuestas recientes. En el caso de Apple, los animojis que imitan los gestos de las personas y literalmente hablan en vivo el mensaje que uno graba sobre ellos. Samsung estrenó con el Galaxy S9 este año su propia versión de personajes que se parecen al usuario. El resultado no es el ideal, pero probablemente las versiones futuras lograrán su cometido: convertir al usuario en un emoji viviente.
En la reciente conferencia para desarrolladores de Google, en la que se hicieron anuncios de la mayor importancia sobre Inteligencia Artificial y acerca de la próxima versión de Android, el CEO de la compañía, Sundar Pichai, decidió comenzar su key note de apertura con el anuncio de dos nuevos emojis, el de la hamburguesa y el de la cerveza, que corrigen sonados errores visuales. Más allá de un aliño humorístico típico de los buenos “speakers”, ponía de relieve la importancia de los emojis en la cultura digital de nuestros días.
Cada plataforma de red social y de comunicación y cada dispositivo, incluyen una colección de emojis o gif animados, que reemplazan a las palabras y que gozan de extrema popularidad, especialmente entre los públicos jóvenes. Los ideogramas se vuelven lenguaje universal y, hay que reconocer, como observa Enrique Dans, que rompen barreras idiomáticas y culturales.
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