No se trata solo de cuidar las cuentas bancarias y los activos de la empresa. Un entorno digital seguro y saludable para los menores tendría que ser una prioridad.

En cierta ocasión, un empleado recibió una llamada de la oficina de IT de la oficina. Desde su computador se estaba desplegando un malware que afectaba a la empresa, incluso en las sedes de otros países. La gente de IT pidió acceso al computador para examinar el origen. Horas después, el empleado fue informado que el malware provenía no de su equipo personal, sino de un computador llamado “Junior PC”. Se trataba del computador de su hijo, el que el chico utiliza para sus tareas escolares y para jugar. El chico estaba haciendo tareas, cosa buena, pero había descargado software malicioso que dio acceso a los ciberdelincuentes a la red del hogar. Hacía seis meses que había ocurrido el hecho, tiempo suficiente para que los atacantes analizaran el tráfico, los equipos que compartían la red del hogar e identificaran el computador de papá. Las pérdidas para la empresa fueron enormes, a pesar de que los expertos lograron detener y mitigar el ataque. Pero era tarde. La información crediticia de mamá había sido obtenida y desde las cuentas de redes sociales del menor se generaron conexiones y tráfico no deseado. Se afectó la salud mental del niño, las finanzas de la familia y la seguridad de la empresa multinacional. Y nadie en la empresa había cometido error alguno, porque el ataque se originó en el PC de un miembro de la familia.

Es una historia real, que nos contó Diego Espitia, experto en ciberseguridad de Telefónica Tech Colombia, quien advierte sobre el serio problema de enfocarse solo en los blindajes corporativos. “La ingeniería social es una de las técnicas más utilizadas por los cibercriminales para engañarnos“, explica Espitia.

Está claro que no se puede satanizar la conectividad y las redes sociales. Prohibir no servirá de nada. Los chicos se conectarán, hablarán con personas en el chat y compartirán fotos, les guste o no a sus padres. ¿Qué podemos hacer? Hay trampas en el correo electrónico, en páginas web falsas, llamadas telefónicas, mensajes de texto, códigos QR y muchos más. Los padres suelen instruir a los hijos para que no reciban caramelos de un extraño. Pues bien. Hay que entrenarles para que tampoco los reciban en el mundo digital.  “Una recomendación claves que el menor tenga al menos 14 años para recibir un dispositivo, y los padres deberíamos tener varios mecanismos de control sobre ese dispositivo“, explica el experto.

Se conoce como “grooming” al delito de un adulto que se hace pasar como un niño para tener contacto con menores de edad en las redes sociales. Es un tipo de delito cada vez más frecuente y uno de los que más incidentes de ciberseguridad generan en la actualidad.

La duración de nuestros hijos frente a las pantallas es un tema para monitorear. Hay herramientas sencillas para controlar el tiempo en pantalla o para supervisar las conexiones de los niños. Hay que utilizarlas. a continuación, algunas recomendaciones de ciberseguridad para cuidar a los niños:

Para padres y cuidadores

1. Establece reglas claras: Habla con tus hijos sobre la importancia de la ciberseguridad y establece reglas para su uso de Internet.
2. Supervisa su actividad en línea: Monitorea su uso de Internet y revisa su historial de navegación.
3. Utiliza software de control parental para ayudarte a bloquear contenido inapropiado.
4. Educa sobre la privacidad: Enseña a tus hijos a no compartir información personal en línea.
5. Establece límites de tiempo: Establece límites para el uso de dispositivos electrónicos.

Para niños

1. No compartas información personal: No des tu dirección, teléfono o información financiera.
2. No hables con extraños en línea: No interactúes con personas que no conoces en línea.
3. No descargues archivos desconocidos: Solo descarga archivos de fuentes confiables.
4. Utiliza contraseñas seguras: Utiliza combinaciones de letras, números y símbolos.
5. Informa a un adulto: Si encuentras contenido inapropiado o recibes mensajes sospechosos, informa a un adulto.

Todos podemos caer en la trampa

No es una debilidad solamente de los chicos. Nadie está exento de caer en las trampas, en el popular “phishing”, etiqueta genérica para denominar los engaños en el mundo digital. En experimentos de phishing que realizan los expertos de ciberseguridad de Telefónica Tech, se ha encontrado que cualquier puede morder el anzuelo, explica Espitia. Hay que prepararse para prevenir los ataques y disponer de las herramientas adecuadas para recuperarse una vez el ataque ha tenido éxito.