Trump amenaza a las redes sociales

El presidente norteamericano pasó de las palabras a los hechos en su guerra contra las plataformas tecnológicas y puso en vilo el futuro de las libertades en internet

Por Álvaro Montes

La guerra de Donald Trump contra Silicon Valley alcanzó la semana pasada su punto más crítico. El presidente firmó el jueves una orden ejecutiva que podría amenazar la inmunidad que las redes sociales tienen en relación con los contenidos que publiquen los usuarios. Es un paso temerario en dirección a recortar la autonomía que las redes sociales tienen para funcionar sin temor a ser demandadas, sea porque censuren contenidos ofensivos o porque permitan su divulgación. La sección 230 de la ley de Decencia de las comunicaciones, vigente desde 1996, establece que los proveedores de “servicios de computación interactivos” no podrán ser tratados como editores de las publicaciones que aparezcan en sus plataformas. Esto ha permitido a  Facebook, Twitter  y demás tecnológicas mantenerse excluidas de las regulaciones que pesan sobre los medios de comunicación, que son responsables de lo que publican.

Donald Trump pidió a las agencias federales revisar la vigencia de la sección 230, como retaliación contra Twitter, después de que el martes esta red clasificó varios trinos del presidente como información dudosa, una medida normal dentro de las políticas de la empresa, pero que no había aplicado antes sobre la cuenta de Trump.

Twitter es la red social preferida en el mundo para las discusiones políticas y posiblemente la que concentra la mayoría de las críticas por la polarización y los mensajes de odio que se promueve en las redes sociales.

Twitter decidió el año pasado intensificar su política de control sobre contenidos falsos, ofensivos o que incitan a la violencia, que pululan entre sus usuarios. Twitter es la red social preferida en el mundo para las discusiones políticas y posiblemente la que concentra la mayoría de las críticas por la polarización y los mensajes de odio que se promueve en las redes sociales. Trinos de Nicolás Maduro fueron censurados recientemente porque, a juicio de los administradores de la red, difundían información falsa sobre tratamientos para la Covid-19. Pero hasta ahora el presidente Trump, con 80,5 millones de seguidores, no había sido tocado.

La reacción de Twitter ante la orden presidencial de revisar la inmunidad de las redes sociales agudizó la contradicción. El viernes, Twitter decidió que un nuevo trino del presidente incumplía las reglas de la compañía, porque incitaba a la violencia. El trino presidencial prácticamente autorizaba a las fuerzas policiales a disparar contra los manifestantes que protestan por el asesinato del ciudadano afroamericano George Floyd, a manos de la Policía, en caso que se presenten saqueos. Funcionarios de Twitter consideraron que el mensaje “glorifica la violencia” y así lo etiquetaron. El mensaje no fue retirado completamente, por considerar que es de interés público, pero quedó cubierto con el mensaje de advertencia.

Los episodios de la semana pasada hacen parte de una larga cadena de conflictos de Donald Trump con empresas tecnológicas, con las que mantiene una conocida relación de amor y odio. Por una parte, las redes sociales han sido su más importante arma política y prácticamente el instrumento que lo llevó a la Casa Blanca. Pero la derecha norteamericana que él encabeza acusa desde hace varios años a las redes sociales de sesgos en su contra e incluso de censura de contenidos conservadores. Curiosamente, es un punto de coincidencia con los demócratas y con los socialistas, que se quejan de los mismo. Durante la actual carrera presidencial, candidatos y congresistas de ambos bandos han pedido controles severos sobre las grandes tecnológicas, por razones políticas y económicas.

Jack Dorsey, CEO de Twitter, defendió sus acciones. “Seguiremos señalando la información incorrecta o cuestionada”, dijo, pero su homólogo de Facebook, Marck Zuckerberg, piensa diferente y se pronunció en contra de censurar cualquier contenido en las redes, una posición que ha mantenido desde hace varios años, aun en los momentos en donde más críticas arreciaron contra Facebook por los contenidos de odio que allí circulan. “Las empresas tecnológicas no deberían ser el árbitro de la verdad de todo lo que la gente dice en Internet”, sostuvo en una entrevista en Fox el jueves.

Una revisión de la sección 230 no es poca cosa. Esta norma ha dado la base más importante para las libertades en internet, independiente del bueno o mal uso que los usuarios hayan hecho de dicha libertad. De ser eliminada, las redes sociales serán clasificadas como editores de contenido, tal como lo son los diarios y noticieros, y estarán obligados a responder judicialmente por lo que publiquen los usuarios.

Publicado originalmente en revista SEMANA, edición 1987, mayo de 2020

 

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